A modo de balance

A 15 semanas del conflicto, luego de numerosas marchas, asambleas, el apoyo obtenido en el Concejo Deliberante de Rosario, las frustradas reuniones en la Secretaría de Trabajo, los aprietes a los trabajadores, los descuentos arbitrarios en sus sueldos, las intimidaciones por medio de telegramas de parte de la Empresa, creemos necesario hacer algunas reflexiones como para seguir adelante. Los intentos por llevar a los representantes de la empresa a una mesa de diálogo con ánimos de solución del conflicto han sido infructuosas hasta ahora. Nos preguntamos entonces si los interlocutores, como ellos mismos manifiestan, no tienen poder de decisión y realmente dependen de las determinaciones de sus superiores, en Buenos Aires o del dueño de la empresa, Gabriel Bandiera. En la foto que ilustra este texto, tomada de una noticia donde Martín Sabatella, titular del AFSCA, está reunido con Bandiera, en su carácter de titular de la Cámara de Operadores de Cable del Interior. Son de destacar algunas frases vertidas allí por Bandiera, donde habla de la importancia de la nueva Ley de Medios, por las nuevas posibilidades de expresión, también habla de las presiones recibidas por parte de los medios concentrados y destaca lo positivo de la ley con respecto a las reglas claras, y por último, habla de que la Ley está y hay que cumplirla.
Nos preguntamos entonces si Sabatella está al tanto de cómo Bandiera viene infringiendo desde hace al menos 10 años todas las leyes de contrato de trabajo establecidas, por medio del fraude laboral, manteniéndo la mitad de la plantilla de trabajadores fuera del marco legal, leyes que él mismo reclama y afirma que deben ser cumplidas. Este "señor" suma a sus ganancias el dinero que roba del bolsillo de sus empleados. En Rosario, Cablehogar tiene más de 40 empleados en negro, 2 trabajadores despedidos luego de haberlos tenido mal encuadrados durante 4 años (quedándose con $ 600.000 que no le corresponden).
Creemos que ya no es posible mantener este doble estándar en el discurso por más tiempo, si Sabatella desconoce lo que sucede en todas las empresas de este "señor", en Rosario, Salta y Santiago del Estero, hay que hacérselo saber. Las leyes laborales, que costaron tanta sangre al movimiento obrero, fueron consagradas para ser cumplidas.